martes, 17 de marzo de 2015

CONTRAINDICACIONES DEL MASAJE



Las ventajas del masaje son numerosas, pero igual de importante es conocer las principales contraindicaciones para no perjudicar, y poder actuar así con seguridad y eficacia. Por ello, me permito reproducir una lista bastante completa. En todo caso, siempre hay dos fuentes a las que deberá consultar ante cualquier duda que tenga: su médico (escuche al profesional) y su propio cuerpo (escuche sus sensaciones).

Como su nombre indica, las contraindicaciones se refieren a aquellos casos en los que, de una forma parcial o total, no es conveniente efectuar masaje. En la mayoría de los casos, se refieren a la aplicación del masaje en el área a tratar. Ejemplo: Es acertado aplicar masaje en la zona cervical y en el músculo trapecio, en los brazos, etc., a una persona con una enfermedad arterial importante de las extremidades inferiores. Pero no lo es realizar masaje en las extremidades inferiores en caso de un edema importante.

Durante los tres primeros meses del embarazo. Luego de ese período, con prescripción médica, sólo se le aplica el masaje en posición sentada o recostada lateralmente, (o en la camilla especialmente adaptada para embarazadas que yo utilizo, en la cual la mujer puede tumbarse boca abajo, sin tener presion en la zona del abdomen ni en los senos), con técnicas suaves y evitando zona de vértebras lumbares, vientre y tórax.

En caso de cualquier tipo de intervención quirúrgica (p. ej.: cesárea), deberán transcurrir seis meses antes de someter al individuo a una sesión de masajes.

Enfermedades infecciosas de la piel (p. ej. Hongos) y otras no infecciosas generalizadas (p. ej. Dermatitis alérgica, lupus). Ulceras por decúbito (UPP) y quemaduras.

Enfermedades vasculares inflamatorias (p. ej. Flebitis) inflamaciones de los ganglioslinfáticos y cadenas ganglionares. Debilidad vascular y retenciones circulatorias graves.

Trombosis y embolia arterial por riesgo de embolismo pulmonar o de otros tejidos del organismo, venas varicosas avanzadas y en cardiopatías en general (p. ej. Taquicardias, hipertensión arterial).

Inflamaciones agudas o patológicas con sintomatología típica: dolor, calor, rubor (color) y aumento de volumen.

Hematomas, hemorragias recientes, heridas sin cicatrizar, esguinces agudos, contusiones de importancia, edemas agudos, derrames articulares, desgarros tendinosos.

Enfermedades agudas o en fase evolutiva, como estados febriles, náuseas, úlceras gástrica ó duodenal muy avanzada.

Enfermedades de tipo metabólico como la gota.

Fibrosis y enfermedades musculares degenerativas.

Enfermedades reumáticas agudas.

Enfermedades infecciosas o tumorales.

Procesos inflamatorios de origen bacteriano.

Problemas renales en fase aguda. Cálculos de riñón, vesícula en fase de expulsión.

Rotura o desgarros de músculos, vainas, tendones, ligamentos.

Traumatismos recientes y tratamientos quirúrgicos.

Enfermedades del Sistema nervioso: Lesiones de las vías piramidales (vías del sistema nervioso central). Pacientes con cuadros de compresión nerviosa.

Ante cualquier dolor que no se alivia con el masaje, sino que aumenta o empeora, se debe pensar que habrá alguna causa que nos indica que el masaje está contraindicado y se debe sospechar que hay algún problema nuevo o que el diagnóstico y el tratamiento no son los adecuados, por lo que en todos los casos se debe consultar al médico para una nueva valoración.

Quiero concluir enfatizando que en la mayoría de los casos si bien no es conveniente ser apocalípticos ni extremos respecto a las contraindicaciones, es mejor ser conservadores, salvo su médico por razones especificas haga otras recomendaciones en miras a obtener ciertos beneficios.

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