Se llama ciática a la irritación del nervio ciático que provoca que el paciente sienta dolor en la parte baja de la espalda, un dolor que se extiende hacia la parte de atrás de una de las piernas, y puede llegar hasta la punta del pie en ocasiones.
La irritación del nervio ciático se produce cuando este se comprime por cualquier cuerpo que se encuentre en su recorrido. Las raíces de este nervio nacen de la médula espinal, salen a través de las vértebras L4, L5, S1 y S2, baja hacia la pierna por detrás de los glúteos, del muslo y la rodilla, inervando todos los músculos que encuentra por el camino y la piel de su recorrido hasta llegar al borde externo del pie.
Causas
Las causas más frecuentes de la ciática son:
Hernia de disco vertebral: es con diferencia la causa más frecuente de ciática. La columna vertebral está formada por 26 huesos llamados vértebras. Entre éstas, hay discos blandos rellenos de una sustancia gelatinosa. Estos discos amortiguan (actúan como un cojín) a las vértebras y las mantienen en su lugar. A medida que envejecemos, estos discos pueden perder su capacidad de amortiguación. Esto puede causar dolor si se hace presión sobre la espalda. Una hernia de disco es un disco que se rompe saliéndose de su canal. Cuando esto sucede, la sustancia gelatinosa se escapa e irrita los nervios de alrededor.
Estenosis del canal lumbar: sucede en personas ancianas. La médula espinal está protegida por el canal óseo que forman las vértebras, y con el tiempo este canal puede estrecharse debido a la artrosis, principalmente. La región lumbar, es decir, la parte más baja de la espalda, suele ser la zona más afectada, y se produce ciática al comprimirse las raíces nerviosas. En este caso la ciática puede ocurrir a la vez en los dos lados del cuerpo y su principal característica es que aparezca un dolor progresivo mientras se camina, que desaparece poco después de sentarse o inclinarse hacia delante.
El síndrome del piramidal: es una lesión que afecta al músculo piramidal. Este músculo piramidal o piriforme es el conjunto de fibras musculares de la pelvis que se extienden desde la cara anterior y externa del sacro, pasando por debajo del glúteo mayor, hasta el trocánter mayor del fémur. Cuando este músculo piramidal o piriforme sufre una contractura o espasmo y afecta al nervio ciático que pasa justo por debajo de él, es lo que se denomina 'atrapamiento del piramidal' o 'falsa ciática'.
Fracturas: lógicamente, cualquier fractura de los huesos localizados en el recorrido del nervio ciático puede alterar su recorrido y comprimirlo. Sin embargo, la primera preocupación en estos casos será la propia fractura.
Embarazo: durante la gestación el útero comprime órganos internos de la pelvis y esto provoca contracturas musculares que favorecen la ciática. Además, durante el embarazo el organismo de la mujer segrega una hormona llamada relaxina, que ayuda a reblandecer la zona de la pubis y la matriz para facilitar la salida del bebé a través del canal de parto. Esta distensión de los músculos de la zona relaja los ligamentos provocando dolor.
Síntomas
El principal síntoma del ataque de ciática es el dolor, aunque éste puede variar mucho en intensidad y características. Puede ser desde un dolor sordo que dura varios días, hasta un dolor que aparece casi de repente y con gran intensidad e impide al paciente moverse del sillón. En cualquier caso, el dolor afecta siempre a uno de los lados, desde las nalgas hasta la rodilla, las pantorrillas o incluso el pie. Es frecuente, además, que se acompañe con dolor en la parte baja de la espalda.
El dolor puede aumentar con los movimientos (sentarse, incorporarse…) o al aumentar la presión dentro del abdomen (toser, defecar…). Puede aparecer también al acostarse o al despertarse por la mañana tumbado en la cama, no suele interrumpir el sueño.
Este dolor se puede acompañar de alteraciones de la sensibilidad de la piel que inerva el nervio ciático. Suelen aparecer sensaciones de hormigueo y de acorchamiento en las mismas zonas donde hay dolor.
Otros síntomas frecuentes serían la debilidad muscular y la disminución de reflejos musculares. El nervio ciático, al estar dañado, no puede inervar correctamente los músculos y se limitan los movimientos de la cadera y la rodilla.
También existe una “ciática invertida”. En este caso no se comprime el nervio ciático, sino que lo hacen las raíces nerviosas más superiores que forman el nervio femoral. El dolor aparece entonces en la parte delantera del muslo llegando hasta la rodilla, a veces incluso cerca de la ingle. También se puede debilitar la extensión de la rodilla.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza por los síntomas aportados por el paciente y por las pruebas radiculares que se practican:
- Prueba de Lasègue.
- Prueba de Bragard.
- Exploración de la sensibilidad.
- Exploración de la fuerza muscular.
- Exploración de los reflejos tendinosos.
- También puede llegar a ser necesaria una resonancia magnética para mayor observación de la columna y descarte de protusiones, hernias, etc.
Tratamiento
Tras las pruebas realizadas y localizado el origen de esta patología, el tratamiento biomecánico debe ir encaminado a la liberación del nervio:
- Alineación ortostática.
- Movilización de toda la musculatura.
- Tratamiento de ligamentos que puedan estar irritados.
- Masaje desde proximal a distal.
- Calor y frío.
- Una vez oxigenada y sedada la zona, ajustes vertebrales para abrir los espacios y liberar las carillas articulares.
- Ejercicios.
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