miércoles, 10 de febrero de 2016

Dolor de coxis, subluxación de origen mecánico (coccigodinia)



El coxis o cóccix (conocido popularmente como huesito dulce o rabillo) es el último segmento de la columna vertebral, se ubica debajo del hueso sacro está compuesto por cuatro o cinco piezas generalmente unidas y en algunas personas articuladas en dos segmentos (vértebras coccígeas) en forma de triángulo. El coxis ofrece inserciones para parte de los músculos glúteo mayor y coxígeo y para el ligamento anocoxígeo, intersección fibrosa de los músculos pubocoxígeos, formando parte de lo que se conoce como diafragma pélvico o región del periné.

Tres signos caracterizan la coccigodinia: 
  •  Dolor a la presión en la punta del coxis ;
  • Dolor a la presión en la interlínea sacro-coccígea ;
  • Espasmo de los músculos peri-coccigeos.
El dolor del área del coxis se llama coxigodinia . La coxigodinia puede ir desde una leve molestia a un dolor agudo. El sentarse provoca o agrava el dolor, de forma que es en realidad un grupo de condiciones, que pueden tener causas diferentes y necesitar tratamientos diferentes.
 
Las lesiones pueden ser traumáticas producidas por caídas hacia atrás, o bien por microtraumas a repetición como en los ciclistas y jinetes, por presión interna como ocurre en el momento del parto, y en algunos casos por tironeamiento de las meninges (membranas que rodean todo el sistema nervioso central y que termina en un fuerte filamento en el coccix).
 
Otras veces aparecen relacionadas a un problema lumbosacro; siguen a la lumbalgia y pueden desaparecer tras ajustes lumbosacros

En el caso de la lesión en el parto tiene la particularidad que el desplazamiento del coxis es hacia posterior, en cambio en los otros casos es generalmente anterior.
 
Las lesiones traumáticas pueden ser fracturas, luxaciones o subluxaciones, en los casos de fractura la conducta a seguir es el reposo esperando que se consolide y en los casos de no resolverse la solución quirúrgica a veces es necesaria.
 
Una caída sobre los glúteos es la causa habitual de las coccigodinias traumáticas, que representan según los autores del 60 al 70 % de los casos. Generalmente el dolor coccígeo es inmediato, pero en algunos casos puede haber un tiempo de latencia de un mes a dos años entre la caída y la instauración de la coccigodinia; durante el intervalo se percibe un ligero dolor en sedestación prolongada o al contacto.
 
También existen causas no traumáticas de dolor en la zona del coccix, como ser infecciones anorectales, quistes o tumores cuya presunción obliga al quiropráctico a la derivación al especialista ya que su tratamiento escapa de las incumbencias quiroprácticas.
 
En los casos de subluxaciones, muchos traumatólogos optan por la infiltración analgésica obteniendo resultados que frecuentemente son temporales, la analgesia lograda puede relajar el espasmo de los músculos coxígeos y prolongar el beneficio.
 
También es útil para paliar el dolor la utilización de almohadones diseñados especialmente en donde se evita la presión sobre el coxis.
 
El tratamiento quiropráctico en cambio busca la reducción de la subluxación o sea el alineamiento del coxis mediante el ajuste tanto de la articulación sacro ilíaca, el coccix y el trabajo sobre los ligamentos y músculos para aliviar la tensión y evitar la recidiva espontanea.
 
La posición anterior es un inconveniente ya que el coxis se encuentra desviado hacia adentro en el piso pelvico, y esto complica el abordaje externo. Simultáneamente, puede ser tirado a la derecha o a la izquierda, y esto se reflejará en el aumento de la tensión en el ligamento sacro-tuberoso.
 
El tratamiento comienza con maniobras externas de corrección, si bien no son las más eficaces, son las más cómodas para el paciente y con alguna frecuencia y en combinación con ajustes de la articulación sacro-ilíaca suele ser suficiente, pero en el caso que no resulte positiva la corrección en un par de sesiones, se le debe proponer al paciente la corrección interna, que si bien es más incómoda por que se realiza mediante un tacto rectal, es más directa , no es dolorosa y es biomecanicamente mucho más eficaz.
 
Es claro que este tipo de procedimiento puede hacer que algunas personas se sientan incómodas, tanto física como emocionalmente. Físicamente, si el coxis es extremadamente sensible, es posible que se muestren reacios a dejar que alguien lo toque. Y emocionalmente, este tipo de ajuste interno puede hacer referencia a cuestiones de la intimidad y la vulnerabilidad.
 
El quiropráctico hará todo lo posible para que la experiencia no sea físicamente ni emocionalmente dolorosa para el paciente.
 
En la sesiones anteriores se le explicará claramente el procedimiento el que se realizará previa autorización del paciente si es mayor de edad, y en caso de ser menor, se necesitará además del consentimiento del mismo, la autorización de los padres.
El ajuste es suave no es una maniobra brusca, es una liberación lenta. que no es más incómoda que un examen rectal.


 

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