El drenaje linfático manual es una técnica que mediante suaves maniobras sobre la piel, logra acelerar e incluso redirigir la circulación linfática superficial. Su aplicación acelera la reabsorción del edema.
Aproximadamente un 75% de la linda proveniente de las mamas viaja a los ganglios linfáticos de la axila del mismo lado. El resto viaja a los nódulos paraesternales, a la mama del lado opuesto y finalmente hasta los ganglios linfáticos abdominales. Los nódulos axilares incluyen el grupo inferior o pectoral (que drena la parte profunda y transmuscular), el grupo interno o subescapular (que drena la parte interna de la glándula mamaria) y el grupo externo o humeral (que drena el borde externo de la mama).
El drenaje linfático de las mamas drena en los ganglios linfáticos de la axila. Este drenaje tiene particular importancia en la oncología, debido a que las mamas son un lugar frecuente de desarrollo de cáncer, si células malignas se desprenden del tejido mamario, podrían dispersarse a otras partes del cuerpo a través del sistema linfático produciendo metástasis. El hecho de que los vasos linfáticos recorran el tejido transmuscular del pectoral mayor es justificativo para la extirpación del mismo en el tratamiento quirúrgico del cáncer de mama.
En la mamoplastia de aumento (aumento de pecho) el drenaje linfático manual (DLM) disminuye la inflamación del seno, su correcta aplicación demuestra su eficacia desde el primer día, disminuyendo las molestias, sobre todo cuando los implantes están en posición submuscular. Los implantes en posición subglandular o subfascial también se benefician del drenaje linfático manual.
La mamoplastia de reducción (reducción de los senos) también se beneficia del drenaje linfático manual, la mastopexia (elevación del pecho). En el tratamiento de las cicatrices, el drenaje linfático manual es la primera medida adopatada para facilitar la cicatrización. Al reducir el edema se facilita la llegada de nutrientes y saluda de desechos metabólicos necesarios para una buena cicatrización.
En la reconstrucción de mama, independientemente de las técnicas reconstructivas utilizadas (con implantes y espansores mamarios o con tejido antólogo), el drenaje linfático es muy útil en todas las fases del proceso reeconstructivo. La posible linfadenoctomia axilar (extirpación de los ganglios linfáticos de la axila), puede obligar al terapeuta a efectuar el drenaje linfático buscando vías alternativas de drenaje.
Además de los cuidados tras la reeconstrucción de mama, el drenaje linfático manual es imprescindible en el tratamiento o prevención del linfedema postmastectomia.
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