Del trabajo a los cursos paralelos, pasando por las clases de inglés, la compra, el tomar algo con los amigos, recoger la casa y vuelta a empezar. A veces el día a día se convierte en un bucle de tareas infinitas, que se hacen con prisas y que, inconscientemente, se realizan en una mala postura. Si a esto se le añade el escaso tiempo que se brinda al cuidado personal el resultado, sin lugar a dudas, es el dolor de espalda, una de las afecciones más comunes en pequeños, adultos y ancianos.
Cerca de un 80% de la población sufre de dolor de espalda, que puede estar provocado por problemas congénitos, patologías graves, golpes, caídas o por las malas costumbres al sentarse pero, hay un gran número de casos en donde las emociones y el “ruido mental”originan y perpetuán esta dolencia. El tronco es el sostén físico de la persona y si éste sufre se refleja en el estado anímico ya sea con apatía o tristeza. Esta situación también se da a la inversa, cuando las emociones negativas impactan de lleno en el estado de salud. La manera en que se reflejan los problemas personales sobre alguien, por ejemplo, se ven en su forma de caminarcabizbajo. Sin embargo, una persona optimista camina más erguido y con seguridad. También hay quien se sienta en posturas agresivas y otros de manera más despreocupada.
Este lenguaje no verbal sobrecarga la espalda generando contracturas en la zona de los trapecios y hombros; es en esta área donde se acumulan las tensiones relacionadas con el estrés y la ansiedad. En cambio, quienes señalan como principal zona de dolor las dorsales son quienes podrían tener preocupaciones relacionadas con la familia o con la afectividad. Por último, las contracturas en las lumbares se asocian ala sexualidad y a los miedos.
Existen muchas técnicas y mejoras en la medicina que ayudan a paliar los dolores de espalda pero no por ello se debe descuidar la parte más humana del paciente: la emocional. Cuando alguien sufre de ansiedad, miedos o estrés, acaba por somatizar estas sensaciones convirtiéndolas en dolor físico, ya sea en forma de contractura, lumbago o tirón muscular en las zonas ya citadas. Por ello, cada vez que se acude a un especialista o se recibe un masaje se realiza en un ambiente armónico y relajado, para que el afectado no solo reciba una solución directa sobre la dolencia sino una indirecta, que es el disponer de un espacio para dejar la mente en blanco.
En definitiva, el dolor de espalda en nuestra sociedad se ha convertido en inevitable pero llevar una vida controlando el nivel de estrés y acudiendo, no solo cuando más aflige, a darse un masaje son las dos principales acciones para prevenir lesiones graves.. Además existen otrasrutinas útiles para tener una espalda y una mente sana:
-Caminar al menos media hora al día. Puedes probar a ir al metro andando o a dar un paseo después del trabajo. Este ejercicio favorece el suministro de la sangre a los músculos, ayuda a hacer la digestión y, por supuesto, es un liberador gratuito de la mente.
-Realiza algún deporte tres días a la semana. La natación está indicada para mejorar la espalda, menos para quien sufre de cervicales. El pilates refuerza los abdominales y con ello los músculos del tronco. Otras opciones son correr o patinar.
-Si te notas tensionad@ o no dispones de suficiente tiempo puedes probar a estirar antes de ir a la cama. Es útil para relajarse, además si se tiene el hábito consigues una mayor flexibilidad y por tanto tu espalda estará más relajada.
-Siéntate correctamente para que la columna no sufra.
-No descuides la alimentación, pues el sobrepeso es una causa del dolor de espalda.
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