La liposucción o lipoescultura es una de las intervenciones más demandadas en cirugía estética, consiste en extraer grasa del panículo adiposo con la ayuda de una cánula y un sistema de succión. Su indicación más habitual es la mejora del contorno corporal.
Puede realizarse en casi todas las partes del cuerpo, siendo las zonas mas frecuentes en la mujer: piernas (muslos, rodillas y caderas) y abdomen. Y en el hombre: pecho, abdomen y espalda (zona lumbar y flancos).
La liposucción es una forma eficaz de eliminar los depósitos grasos, además se previene la nueva formación de estos cúmulos de grasa, ya que las células adiposas no se reproducen en la edad adulta, solo pueden hipertrofiarse. La fibrosis producida al eliminar la grasa dificulta el desplazamiento y asentamiento de otros adipocitos.
Al finalizar la liposucción, se coloca a la paciente una faja de contención que debe llevar las 24 horas del día sin interrupción durante 3 semanas aproximadamente y luego una semana más solo por la noche. La faja solo se debe quitar para el aseo personal, las revisiones médicas y las sesiones de tratamiento postoperatorio. En ocasiones en liposucciones de grandes cantidades de grasa o bajo prescripción médica es necesario llevar la faja durante más tiempo para ayudar a reducir el edema y facilitar la retracción de la piel. Mantener la faja más tiempo del prescrito no mejora el resultado de la intervención.
Los resultados obtenidos se empiezan a observar tras las dos primeras semanas cuando la paciente ha empezado a reducir el edema, mejorando la apariencia y disminuyendo el volumen en la zona durante los meses siguientes. Debemos esperar al 6º mes para tener una idea clara del resultado final. En pocas ocasiones, y siempre pasado este periodo, puede ser necesario realizar pequeños retoques en algunas zonas operadas.
Puede realizarse en casi todas las partes del cuerpo, siendo las zonas mas frecuentes en la mujer: piernas (muslos, rodillas y caderas) y abdomen. Y en el hombre: pecho, abdomen y espalda (zona lumbar y flancos).
La liposucción es una forma eficaz de eliminar los depósitos grasos, además se previene la nueva formación de estos cúmulos de grasa, ya que las células adiposas no se reproducen en la edad adulta, solo pueden hipertrofiarse. La fibrosis producida al eliminar la grasa dificulta el desplazamiento y asentamiento de otros adipocitos.
Al finalizar la liposucción, se coloca a la paciente una faja de contención que debe llevar las 24 horas del día sin interrupción durante 3 semanas aproximadamente y luego una semana más solo por la noche. La faja solo se debe quitar para el aseo personal, las revisiones médicas y las sesiones de tratamiento postoperatorio. En ocasiones en liposucciones de grandes cantidades de grasa o bajo prescripción médica es necesario llevar la faja durante más tiempo para ayudar a reducir el edema y facilitar la retracción de la piel. Mantener la faja más tiempo del prescrito no mejora el resultado de la intervención.
Los resultados obtenidos se empiezan a observar tras las dos primeras semanas cuando la paciente ha empezado a reducir el edema, mejorando la apariencia y disminuyendo el volumen en la zona durante los meses siguientes. Debemos esperar al 6º mes para tener una idea clara del resultado final. En pocas ocasiones, y siempre pasado este periodo, puede ser necesario realizar pequeños retoques en algunas zonas operadas.