domingo, 8 de febrero de 2015

Liberación miofascial



La fascia: un sistema olvidado y a tener en cuenta.
gnorado y olvidado, por su relevancia debe ser considerado un sistema fisiológico al igual que otros sistemas y aparatos: circulatorio, respiratorio, nervioso, etc.
En los tratamientos manuales es fundamental aplicar técnicas que se dirijan a este sistema fascial con el fin de mejorar la salud de nuestros pacientes. Olvidar en el conjunto de terapias físicas la aplicación de dichas técnicas explicaría las recaídas por resultados pobres y/o pasajeros en los tratamientos.


Ignorar que en el entorno de cada estructura, sistema o aparato, el sistema fascial siempre aparece para implicarse funcionalmente con los tejidos y células; disminuirá la calidad, duración y eficacia del trabajo terapéutico. La introducción en la evaluación y tratamiento de este concepto conllevará resultados importantes, reduciendo dolores, dolores de cabeza, restaurando el movimiento, y mejorando el conjunto de salud del paciente.

La fascia es el tejido de sostén y nutrición intercelular. Sus funciones son muy importantes: soporte, protección, separación, respiración celular, eliminación de toxinas, metabolismo y flujo de fluidos y linfático. Posee pues una profunda influencia en el sistema inmune y salud celular.
La fascia es tejido conectivo con diferentes densidades según función y lugar. Todo ello crea un sistema interdependiente tridimensional de fuerza, soporte, elasticidad y acolchado adaptado a ese lugar y a esa función. Está compuesto por: colágeno, elastina (fibras) y matriz fundamental.

Los traumas de cualquier origen y la mala función fascial alterarán el entorno celular, generando una deficiencia celular con la posterior necrosis, y degenerando hacia una enfermedad muscular y disfunción corporal. Si existen restricciones en las fascias en el momento de un trauma no habrá dispersión adecuada. Estas áreas corporales que no toleran el impacto serán zonas de lesión. Además no necesariamente deberán ser fuerzas grandes. Esto explicaría lesiones deportivas o de rendimiento recurrentes a pesar de entrenamiento de flexibilidad y fortalecimiento. En un atleta con restricciones fasciales, el efecto de la actividad continua creará un exceso de presión en una determinada área desencadenando una actividad anormal y produciéndose la lesión o la recaída. El cuerpo deberá compensar apareciendo el espasmo muscular y la restricción fascial generadores de los signos y síntomas clínicos.

Las técnicas de liberación miofascial nos permitirán mejorar los cuadros clínicos, la cantidad y la calidad de movimiento y más absorción de impactos. Los rangos de movimiento (ROM. Range Of Motion) se verán incrementados y serán más fluidos al ser eliminadas las presiones y tensiones ejercidas por las restricciones fasciales desde las estructuras afectadas.

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